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​La violencia intrafamiliar

La violencia intrafamiliar es un tipo de cáncer maligno que esta asediando a las familias que integran nuestra sociedad, sin respetar clase social esta se da en todos los niveles o status sociales. De acuerdo a la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia que es la Violencia Intrafamiliar: “Es el acto abusivo de poder u omisión intencional, dirigido a dominar, someter, controlar, o agredir de manera física, verbal. psicológica, patrimonial, económica, y sexual a las mujeres dentro o fuera del domicilio familiar, cuyo agresor tenga o haya tenido relación de parentesco por consanguinidad o afinidad, de matrimonio, concubinato o mantengan o hayan mantenido una relación de hecho”. Cabe señalar que la violencia es aprendida en el interior de los hogares, según los especialistas esta tiene su origen en la falta de afecto que ha tenido el agresor, la falta de autocontrol y la incapacidad para resolver los conflictos adecuadamente  y en algunos casos el abuso de alcohol y drogas.

Partiendo de ahí tenemos que la mayoría de las víctimas de este delito son mujeres que empiezan a sufrir de menor a mayor grado esta conducta delictiva desde golpes leves e insultos hasta lesiones que pueden llegar a poner en peligro la vida, abuso sexual, violaciones, incluso la violencia intrafamiliar ha cobrado vidas de mujeres que han sido asesinadas por esposos o concubinos al interior de sus hogares y aún fuera de estos.

Ahora bien en el caso de una mujer víctima de violencia intrafamiliar sucede que el agresor va acumulando estrés y tensión día con día para luego descargarla contra su pareja,  una vez que se da el episodio violento donde el hombre deliberadamente agrede a la esposa esta llama pidiendo auxilio a vecinos y a la policía, llegan los elementos policiacos en su auxilio encontrando al esposo tranquilo y pasivo toda vez que ya ha desfogado toda su furia en su mujer pero por otro lado encuentran a una mujer histérica, confundida, llorando, temerosa, etc, a la que estos perciben como una loca y a la que regularmente los agresores tratan de hacer creer a la autoridad que es así, de ahí que muchas mujeres empiezan su segundo episodio de maltrato cuando interviene la autoridad pues es necesario que acuda a presentar una denuncia, a pero también algunos policías astutos se quedan con el teléfono de la víctima para empezar a cortejarla pues ya va estar sola y en esa condición de presa herida será más fácil. Cuando la mujer maltratada decide acudir a presentar denuncia de entrada algunas secretarias déspotas, groseras e insensibles haciéndola sentir culpable de lo que le pasa la mandan a esperar para ser atendida, cuando finalmente la hacen comparecer ante la fiscal para tomarle su denuncia se exponen de nuevo al prejuicio o enjuiciamiento que algunas representantes sociales misóginas practican que lejos de brindarle la confianza y el cobijo que necesita en esos momentos de confusión, temor, angustia, incertidumbre sobre su futuro y el de sus hijos la hace dudar de lo que está haciendo en algunos casos desistir de presentar denuncia por el maltrato que está recibiendo pero cuando el enfado y la decisión es suficiente y la hace denunciar a pesar de, luego la mandan certificar con el médico legista donde en ocasiones se encuentran otros vivales que se aprovechan de la práctica de los exámenes médicos para tocarlas solo por lascivia de ahí que luego tiene que someterse a la práctica de exámenes psicológicos, además ocupan asesor jurídico con cedula profesional que tiene que pagar con recursos propios y lo que esto conlleva,  en fin una serie de requisitos que exige la ley que a muchas cansa y fastidia pero no les queda más que aguantar y esperar a que citen y comparezca el agresor si este no fue detenido por los elementos de la policía en el lugar de los hechos, en el mejor de los casos puede pasar un mes o dos si bien les va para que se consigne ante un Juez y si este encuentra elementos suficientes que acrediten el cuerpo del delito y la probable responsabilidad libre una orden de aprehensión o le dicte un auto de vinculación a un proceso penal del que se puede amparar y podría llegar a salir en libertad porque la Fiscal no hizo bien su chamba, aclaro que este es un caso excepcional y no todo el tiempo sucede lo mismo.

¿Y que paso con esa mujer durante todo ese tiempo? ¿Qué medida de protección se dicto a su favor? ¿Por cuánto tiempo? ¿Fue suficiente mientras metían a la cárcel al agresor? ¿Alcanzo a darle otra golpiza por haberlo denunciado? ¿Tuvo oportunidad de huir y evadir la acción de la justicia? ¿Se alcanzo a vengar de ella antes de caer preso? ¡Todas estas preguntas tienen una respuesta y en algunos casos no son positivas!

Muchas mujeres por miedo de sufrir mayor agresión o a que se cumpla alguna amenaza en su contra o en contra de sus hijos,  otras por lo tedioso que resulta estar dando vueltas a la fiscalía pues tuvieron que empezar a trabajar porque ya no tienen quien las mantenga, unas por no dejar al hijo o hijos sin padre, otras por codependencia porque no tuvieron el valor de quedarse solas, algunas por comodidad porque les cuesta trabajo dejar la zona de confort en la que viven, etc, no regresan a la Fiscalía y en algunos casos dicha acción es tomada por la Fiscal como falta de interés jurídico y aunada a su excesiva carga de trabajo pues se manda al archivo la carpeta de investigación a reserva de tramite o al no ejercicio de la acción penal, excepto en los casos de delitos oficiosos.

Muy a pesar de todo hoy tenemos una Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y una Ley General de Víctimas que son muy claras en las acciones que se deben seguir en casos de Violencia para esto ya debe haber policías y autoridades encargadas de procurar e impartir justicia debidamente capacitados y aptos en la atención a víctimas capaces de brindar un trato amable, empático y sobre todo sensible.

Reflexión: ¿Será que las mujeres tenemos que seguir marchando y protestando para que se cumpla la ley? Ojalá las estadísticas de los casos de violencia intrafamiliar y feminicidios ya sean suficientes para que los tres niveles de Gobierno se  unan y trabajen de la mano para brindar una atención integral y oportuna a las víctimas de violencia intrafamiliar, desde la adecuación de sus leyes hasta la creación de centros de apoyo y refugios para víctimas con hijas e hijos así como atención psicológica, jurídica, y educativa especializada y gratuita, que favorezcan su empoderamiento y reparen el daño causado por dicha violencia. ¡Juzgue Usted amable lector!

Lic. Diana Peralta

dperaltaj@outlook.es

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